miércoles, 20 de octubre de 2010

Sueño para un futuro.


Como cada mañana, María, salta de la cama con el estruendoso ruido del despertador a las seis de la mañana para dirigirse a su trabajo.
María es enfermera de quirófano de la planta de oncología de un hospital de Madrid. Tiene veintiocho años, vive en un pisito de alquiler en la gran capital.
Siempre ha soñado que cuando se jubilara viviría lejos de la gran ciudad y de las cuatro paredes en las que normalmente permanece encerrada entre bisturíes y suturas.
Su ilusión es vivir en las montañas rodeada del esplendor de la naturaleza alejada del mundanal ruido, donde los únicos sonidos que escuche sean los relinches de los caballos salvajes, los pajarillos y el caudal del sonoro riachuelo que le despierte por las mañanas; y que los únicos olores que perciba sea el de las margaritas que cada mañana le dan los buenos días al abrir su ventana para recibir un nuevo día.

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