Me llamo Tierra, y soy una perrita. Mi nombre y yo, no tenemos nada que ver. Aún no sé por qué me lo puso mi mami, ya que en realidad no alcanzo a pesar ni los dos kilos. Supongo que será por lo mucho que significo para ella. Soy un Yorkshire, tengo tres añitos y soy muy feliz con mi nueva familia, aunque en realidad a veces no sé si soy un perro o un niño.
Mamá y yo vivimos solas, papá se fue hace un año, y... ya no lo hemos vuelto a ver. Cuando oigo un ruido en la escalera, levanto mis orejas y salgo corriendo a esperarle en la puerta, pero nunca aparece nadie.
Con tan sólo dos meses me separaron de mi mamá biológica, la verdad es que las dos primeras noches estuve bastante triste, pero a partir de la tercera noche aquello pasó a la historia y ya no recuerdo nada.
Todas las mañanas mi mamá, dedica más de una hora a acicalarme, no es que me agrade demasiado, pero ya me he acostumbrado (la verdad, es que se empeña en que sea lo que no soy, poniéndome toda esa ropa y complementos para perros).Después me pone un gran lazo en la cabecita, me quita mi pijama, me pone un hermoso abrigo y una correa llena de cristalitos (he intentado comérmelos pero mi mami me grita, no sé qué tipo de pienso será ese tal Swarovski, pero me muero por probarlo).
Y por fin, es cuando entonces me dedico a hacer lo que más me gusta: olisquear aquellos lugares en los que algunos de mi especie, se dedican a marcar su territorio. Después vuelvo a casa, me quitan mi abrigo, mi correa y me ponen el chandal para estar por casa. Me tumbo en mi camita, y espero con ganas el paseo nocturno.
Este es mi día a día.
Tierra
Mamá y yo vivimos solas, papá se fue hace un año, y... ya no lo hemos vuelto a ver. Cuando oigo un ruido en la escalera, levanto mis orejas y salgo corriendo a esperarle en la puerta, pero nunca aparece nadie.
Con tan sólo dos meses me separaron de mi mamá biológica, la verdad es que las dos primeras noches estuve bastante triste, pero a partir de la tercera noche aquello pasó a la historia y ya no recuerdo nada.
Todas las mañanas mi mamá, dedica más de una hora a acicalarme, no es que me agrade demasiado, pero ya me he acostumbrado (la verdad, es que se empeña en que sea lo que no soy, poniéndome toda esa ropa y complementos para perros).Después me pone un gran lazo en la cabecita, me quita mi pijama, me pone un hermoso abrigo y una correa llena de cristalitos (he intentado comérmelos pero mi mami me grita, no sé qué tipo de pienso será ese tal Swarovski, pero me muero por probarlo).
Y por fin, es cuando entonces me dedico a hacer lo que más me gusta: olisquear aquellos lugares en los que algunos de mi especie, se dedican a marcar su territorio. Después vuelvo a casa, me quitan mi abrigo, mi correa y me ponen el chandal para estar por casa. Me tumbo en mi camita, y espero con ganas el paseo nocturno.
Este es mi día a día.
Tierra
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