lunes, 20 de diciembre de 2010

Los adolescentes, ¿leen o no leen?

Antonio Rodríguez Almodóvar
En el año 95 escribió un artículo donde defendía el derecho de los adolescentes a no leer, una de las razones que alego fue la desconfianza hacia los adultos y hacia el sistema educativo, que se empeñaba en que leyesen cosas que a ellos no les interesaban, porque, según Antonio, ellos están mucho más capacitados de lo que creemos para moverse por Internet, el cine, la publicidad y la televisión. Haciéndose, al fin, expertos en fantasear a su gusto y en encontrar, verdaderamente, los libros que les interesaban y que a los mayores nos parecían “difíciles” o “prematuros”.
También resalta que en la actualidad hay jóvenes que protestan por las guerras y los crímenes, y estos son ya de generaciones que pasaron por un sistema que nada les motivó a que leyeran o a que se hicieran juiciosos con los libros recomendados. Pero de alguna otra manera se han formado un criterio sólido sobre la justicia, la solidaridad y la democracia.
Por todo esto añade que, hay que buscar libros que les resulten atractivos y que les motiven. Él da algunos ejemplos, centrándose eso si, en la comunidad andaluza:
- Para niños de entre 12-13 años. “La isla de los espejos”, del jerezano Miguel F. Villegas, en Ediciones Aljibe, que va ya por su quinta edición.
- Para el siguiente tramo, de los 14 en adelante, acaba de aparecer “El último gigante”, del jiennense Miguel Fernández Pacheco.
- En un tono más amable, “Guadalquivir, la memoria del agua”, relata las vicisitudes culturales de nuestro gran río, desde una primera persona bien construida por el periodista Antonio García Barbeito y en una edición muy cuidada de la Caja San Fernando.

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